miércoles, 4 de agosto de 2010

¿Qué hacemos con el carbón nacional...?

Contamos en el sistema peninsular con una treintena de centrales eléctricas de carbón, cada una de las cuales está preparada para quemar distintos tipos de carbón. Algunas plantas de los años 70 y 80, queman el denominado carbón nacional, cuya extracción es actualmente más costosa que el carbón importado.

Si en los años 70 más del 75% del carbón consumido por España era autóctono y empleaba directamente a decenas de miles de personas, hoy en día representa menos de la tercera parte, frente al importado de lugares como Sudáfrica, Indonesia, Rusia o China etc. Supongo yo que, con menores sueldos y minas de fácil acceso al carbón, se lo venden más barato a nuestras empresas eléctricas, que se abastecen en un libre mercado internacional del carbón más barato que encuentran.

El problema que tenemos actualmente es que si el carbón nacional no se quema, se van llenando los stocks de las propias centrales eléctricas que no lo utilizan. Hasta cuándo? Pues hasta que las centrales eléctricas digan que no les cabe más, lo cual ya sucedió hace un par de años. Tenemos en este punto dos opciones: primar este carbón nacional, pagando de alguna manera a las empresas eléctricas la diferencia entre el precio de compra nacional e internacional; o bien no tocar nada y dejar que actúen "las fuerzas del mercado", lo cual sencillamente hará desaparecer todas las minas españolas de carbón.

La primera opción, por la que se ha decantado el Gobierno y que está en fase de desarrollo, a falta de que se pronuncie oficialmente la Comisión Europea (preliminarmente da luz verde con matices, y hasta determinadas cantidades), salvaría temporalmente a los 4.000 ó 5.000 mineros que nos quedan en España (según cifras de prensa). También se ampara esta medida en la "seguridad de suministro", ya que permitiría mantener viva una industria nacional que nos garantice recursos energéticos si en algún momento vienen mal dadas con nuestros suministradores internacionales de carbón, petroleo o gas (recordad la crisis del gas ruso del año 2009...). Pero claro, a costa de un sobre coste en nuestra factura eléctrica. Según quien lo estime salen unas cifras u otras, pero el sobre coste anual sí sería sensible en un sistema que ya cuenta con 20.000 millones de euros de déficit (el equivalente a aproximadamente todo lo ingresado por todo el sistema peninsular español en un año).

La segunda es sin duda más barata para nuestra factura, pero suprime algunos miles de trabajos directos, y supongo que otros muchos más indirectos: siendo crudos, implica la muerte lenta de este sector con sus consecuencias sociales, y que deberíamos olvidarnos de recuperarlo aunque vuelva a hacer falta dentro de 5 años si por ejemplo se vuelve a disparar el precio del gas. También perdemos en seguridad de suministro eléctrico ya que perderíamos las centrales que utilizan este carbón, puesto que no tengo claro si se pueden reconvertir a otros tipos de carbón. (lo investigaré).

En resumen, ¿qué preferís? Que la factura eléctrica crezca a menor ritmo (porque subir, va a subir considerablemente por otros motivos en cualquier caso) y emitamos menos CO2, aunque muera literalmente nuestro sector minero como ya lo hizo en la Inglaterra de Margareth Thatcher, y perdamos seguridad de suministro eléctrico? O que incrementemos quizás un 3 a 5% la factura, pero salvemos las pocas minas que nos quedan, y mantengamos recursos energéticos nacionales a flote?

Yo entiendo las dos posturas, y realmente sería capaz de defender cualquiera. Reconozco que me condiciona una familia con antepasados mineros, conocidos y queridos por su contribución al buen funcionamiento de la industria leonesa. Reconozco también que no creo que siempre actúe bien "la mano negra del mercado", como se ha demostrado en el sector bancario. Aunque también reconozco que no veo sentido a primarlo todo: el sol, el viento, el carbón, y pronto tendremos que compensar a los ciclos combinados que se quejan por quedarse sin su parte de la tarta. Y precisamente lo que no subvencionamos, la nuclear y el agua, ya ganan dinero a expuertas por un diseño de mercado que se negoció mal en su creación, y que vende muy por encima de costes (esto me lo discutirán sin duda los que vivan de ello...). Alguien tendrá que poner sentido común, estabilidad y visión global a todo esto! Alguien que no se mueva por el interés cortoplacista de tener que ganar elecciones cada 4 años! Si ese alguien lee este blog, que actúe, que este blog le o la apoya!!

3 comentarios:

Carmen dijo...

Estoy completamente de acuerdo en lo que dices. Yo no estoy condicionada por una familia de origen minera (mi abuelo fabricaba excavadoras, pero creo que se puede obviar...) y también podría defender ambas posturas sin problemas. Sin embargo, me proclamo defensora de la extracción del carbón nacional y ahora os explico porqué.

En mi opinión, en el tema de repartir la gran tarta de las primas nos enfrentamos a dos circunstancias diferentes.

En primer lugar, las primas a las renovables y las seguramente futuras primas a los ciclos combinados (muy previsibles si esto sigue funcionando como hasta ahora) se explican porque derivan de la actual estructura del sector eléctrico. La estrategia española ha conseguido que seamos líderes mundiales en integración de renovables en la red, que los países vecinos vengan a nosotros para preguntar cómo lo hacemos, y además se ha creado un nuevo sector industrial nacional por el camino. Son muy buenas noticias!! Por otro lado, debido a la integración de renovables y su aportación de potencia instantánea fluctuante e impredecible, son necesarios ciclos combinados como respaldo a estas primeras, con la consecuencia de que su producción de energía se torna igual de fluctuante e impredecible, haciendo que la recuperación de las nuevas inversiones no estén demasiado claras. Las primas parecen necesarias en un mercado como el actual, ahora bien, primas para lograr la competitividad, no para enriquecer a nadie a costa del bolsillo de los de siempre. Creo firmemente que el modelo de mercado actual debería ser revisado, así como la cuantía de las primas actuales, y apoyo también personalmente a aquél que lea el blog y tenga poder para cambiarlo.

No obstante, creo que las primas al carbón nacional es un problema de otro estilo, y creo que es posible que más gave que el anterior. En España disponemos de una industria propia para la extracción del carbón pero actualmente es más competitivo importarlo de otros países, suponemos pues que con mano de obra más barata, o extracción más fácil. Lamento decir que el sector minero nacional parece condenado a desaparecer porque es exactamente lo que ha ocurrido con muchos otros sectores industriales (¿quién fabrica hoy textiles en España?), y lo que está ocurriendo con otros sectores que todavía no han conocido el ocaso, pero están en camino debido a la deslocalización de las fábricas hacia lugares de mano de obra barata y una regulación más permisiva.

Ante esta situación de toda la industria en general, el papel fundamental lo tiene el consumidor, que debería asumir que si siempre paga por lo más barato, y esto suele ser en muchos casos lo que viene de importación, dicho producto es previsible que deje de fabricarse en su país. Pérdida de empleo, pérdida de valor nacional, pérdida de una industria, beneficios a terceros. Creo que ante la coyuntura actual de globalización y deslocalización, el consumidor debería ser, en la medida de lo posible, un poco responsable y primar que el producto sea nacional simplemente por velar por el futuro de sus hijos.

Es por interpolación de esta filosofía tan simple por lo que creo que si es posible se debería primar el consumo de carbón nacional mientras existan stocks aunque a priori sea más caro. La factura de la luz es cara por muchos motivos. Personalmente, yo eliminaría otras ineficiencias primero.

Anónimo dijo...

Yo desde que oí la canción de Joselito me siento identificado con los mineros...
Así que apoyo el carbón nacional:

que con caña, vino y ron me quito las penas!

Anónimo dijo...

Resumen de Prensa InterMoney Energía, lunes, 06 septiembre 2010

FUENTE: Europa Press, Expansión


Unesa, Asociación Española de la Industria Eléctrica, estima que el nuevo decreto de resolución de restricciones por garantía de suministro para dar salida al carbón nacional es "contrario a varios artículos" de la Ley del Sector Eléctrico (LSE) ya que requiere de la aprobación previa de una ley que permita retirar la retribución a las instalaciones eléctricas que queden desplazadas en el sistema por el mayor uso de centrales térmicas de carbón.

Para las eléctricas, el decreto "carece de rango legal suficiente y contraviene lo dispuesto en la LSE". La aprobación mediante reglamento de la posibilidad de retirar instalaciones del mercado sin compensación "constituye una limitación al derecho de propiedad de naturaleza expropiatoria que requiere, conforme a la Constitución, norma con rango de ley", apuntan.

Unesa piensa además que la LSE "no da soporte legal a esta limitación de derechos", y sostiene esta afirmación citando los artículos 25 y 10, en los que se alude a la introducción de unidades de producción que utilicen fuentes de energía autóctona y se obliga al Gobierno a determinar "el régimen retributivo aplicable a aquellas actividades que se vieran afectadas por las medidas adoptadas garantizando en todo caso, un reparto equilibrado de costes".

Por último, insiste en que los derechos retributivos reconocidos en los artículos 16 y 26 no pueden restringirse sin ley formal porque "nada en la LSE permite excluirlos". Concretamente, recuerda que el artículo 16 incluye como obligatorio el derecho retributivo por "los servicios de ajuste del sistema".